En mi caso, lo único que ha variado es que ahora tengo todo lo mejor y peor de la edad adulta.
Más libertad, que acarrea más responsabilidades.
Los dos últimos años de la adolescencia, antes tan interminable, tan presente, ahora contemplamos sus últimos momentos, recordados por buenos o malos momentos que hicieron estremecernos de emoción o temblar de rabia. Se desvanece, y con ella, los mejores y los peores años de tu vida.
Dios, leyendo el "Sobre mi" me he dicho, esta tia y yo compartimos muchas cosas! y luego he visto tu cara por ahí y he dicho ah... Marta... claro...
ResponderEliminarUmmmm, comentando
Así nadie va a querer llegar a los 18... vaya, me has quitado las ganas. Supongo que bueno, tampoco hay que pensar que pierdes algo, es algo irremediable pasar esa barrera, así que, ya que estamos dispuestos (o obligados) lo mejor será ver cosas bonitas por cada ápice de nueva responsabilidad.
Jajajaja, ya te contaré cuando lleve más tiempo con ellos, este sábado por ejemplo, te contaré cómo habrá sido poder entrar a un club para +18 enseñando un carnet sin que me echen fuera.
ResponderEliminarPero eso, típico momento nostálgico de cumpleaños.
Me pasa cada año.
Pero no me dura ni una semana.
Eso sí, tal vez pedirle a los 18 que me sean tan geniales como los 17 puede que fuera mucho.
Pero nunca lo sabré.
Anyway, libertad y responsabilidad, lo bueno y lo malo.