"Observa su caligrafía. Siempre me encantó lo sencillo, a veces es lo más bello. Mira su curvatura, infantil y sofisticada a la vez. ¿Qué pasará por su mente para que lleguen esos trazos tan bien definidos al papel?"

Su muñeca apoyada en la mesa. Sus uñas pintadas de azul celeste, sobre esas manos delicadas que sujetaban una pluma y se movían rítmicamente sobre el papel. Dejando ese rastro de tinta, permanente en el tiempo, otra mancha más en la historia. Su cruel filtro lo borraría de la memoria, pero ese es otro tema.

Plasmando todo lo que puede dar de sí nuestra actividad mental, su flexibilidad imaginativa, por medio de ríos de tinta que vierten en finales, sean felices o no, provocan en  nosotros estremecimientos reales ante algo ficticio.
La magia.
Y tus palabras son solo brochazos de pintura que componen un todo.

Ritmo. Profundidad. Evocación

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